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El Último Acto


Anne Delécole, cuyas opiniones operísticas respeto muchísimo, me hizo una observación en el tono comedido en el que ella se expresa, sobre mi comentario «Mi Propia Bohème», publicado en estas páginas. En la función del pasado miércoles mi amiga Anne me hizo ver que el artículo omitió a otros intérpretes y responsables de estas inolvidables funciones, particularmente a George Petean, el excelente barítono rumano que logró una interpretación de Marcello para la historia.

El que hubiese tenido problemas de extensión y espacio no justifica, en todo caso, esta omisión que ahora trato de resarcir, no solo con los cantantes sino con otros participantes fundamentales en el éxito de «La Bohème» leonesa.

Luis Miguel Lombana -actor, director de ópera, de teatro, de televisión, estudiante de canto y autor y narrador de historias- director escénico de esta producción, logró narrar la historia con una solvencia admirable, interpretando a la perfección los cambios y las transiciones musicales y del libreto para que fuera creible el drama que surge a partir de una historia ligera y chusca. No cabe duda, una buena dirección se palpa en la agilidad y congruencia del desarrollo de la ópera. Una parte importante de esta presentación inolvidable se le debe a él.

La voz de Rosendo Flores es sorprendente. A pesar de su juventud, la profundidad de sus tonalidades es casi la de un bajo en plena madurez; basta oir en You Tube su interpretación del aria de Felipe II en la ópera «Don Carlo» de Verdi, «Ella giammai m’amò», en la ópera de Bogotá; con tal espesura que pareciera que la está cantando uno de los tradicionales bajos verdianos, casi todos de más de sesenta años. Y en «La Bohème» ha dejado Flores una joya para el público leonés: la penúltima aria de la obra  que metafóricamente dio anoche el cerrojazo a una minitemporada inolvidable…»Vecchia zimarra, senti…» Vieja chaqueta, escúchame.

Jesús Ibarra interpretó a Schaunard. Es un barítono, también muy joven y también con una bella voz. Tuve la oportunidad de escucharlo en una clase que le impartió hace unos días Ramón Vargas en el Mateo Herrera. Es una experiencia imborrable atestiguar una clase del que es tal vez el mejor maestro de canto entre todos los cantantes en activo del mundo y seguramente imborrable también lo será para Ibarra.

Una conocida del público leonés, María Alejandres, refrenda su simpatía personal, su facilidad actoral y su grande y fresca voz con una Musetta a tono con el gran reparto. Su presencia no desmerece, por el contrario, enaltece el elenco.

Por último, Petean. Sólo en la temporada 2011-2012 que recién está terminando interpretó al pintor Marcello varias veces en dos producciones, en el Covent Garden londinense y en el Liceu de Barcelona. Paisano de Angela Gheorghiu, cantó con ella la gala de fin de año de 2006 en el Palais Garnier de París y con Angela grabó también “L’Amico Fritz” de Mascagni. En 2013 cantará las óperas “Don Carlos” en la Staatsoper de Viena, “La Traviata”  en Zurich, y “Lucia” en la Deutsche Oper de Berlín entre otras, ¿alguna duda queda sobre su posición de privilegio en el mundo de la ópera?. En su trato personal además, es George Petean un hombre sencillo y extrovertido, como los grandes. Pido pues una disculpa ahora a Anne, a Petean y a todos los omitidos en la nota de hace cuatro días.

En fin, terminaron las funciones de “La Bohème” y la melancolía por su partida no deja de estar presente en mucha gente, en muchos espectadores que la disfrutaron, la sintieron, la aplaudieron. Y como en el último acto de la ópera, dejemos que Colline cante por nosotros “Ora che il giorni lieti fuggir, ti dico addio, fedele amico mio. Addio”….Ahora que los días felices se nos van, te digo adiós, fiel amigo mío. Adiós….